A la hora del sexo es fundamental tener buena información, y
lamentablemente aún hoy –con toda la divulgación del conocimiento sexológico
que existe- los mitos sexuales están a la orden del día.
Existe un orgasmo vaginal y uno de clítoris. En realidad
el orgasmo como respuesta es siempre el mismo, e involucra tanto a la vagina
como al clítoris, entre otras partes del cuerpo femenino. Lo que sí es variable
es el estímulo que predomina en la activación del orgasmo, y en ese sentido es
el clítoris mucho más preponderante que la vagina, a pesar de que muchas
personas crean lo contrario. Otras zonas erógenas son importantes en la estimulación
orgásmica, por ejemplo los pezones, el cuello, las orejas, y también otros
sentidos como el oído, la vista, el olfato, y por supuesto las fantasías.
La mujer normal alcanza orgasmos múltiples. Si bien la
capacidad orgásmica femenina es superior a la masculina, cuatro de cada cinco
mujeres están satisfechas con un orgasmo y no necesitan más. Sin embargo, a
medida que la mujer progresa en el conocimiento de su respuesta sexual y en la
confianza con su pareja, es más probable que logre orgasmos múltiples.
Existe la frigidez femenina. La frigidez
es un término en desuso, por ser inespecífico y peyorativo. Ningún especialista
en sexualidad con conocimiento actualizado utiliza este concepto, y para cada
disfunción sexual tenemos un término adecuado, por ejemplo: trastorno de la
excitación sexual en la mujer, deseo sexual hipoactivo, anorgasmia femenina,
retardo orgásmico femenino, vaginismo, fobia sexual, dispareunia, entre otros.
Si una mujer no se excita sexualmente es responsabilidad de su
pareja. Es cierto que en algunos casos este concepto resulta verdadero, ya
que no siempre la pareja es tan abierta y dispuesta a estimular a la mujer como
ella desea, suelen ser otras las razones para esta falta de excitación. Por
ejemplo conocimiento insuficiente de las zonas erógenas y formas de
estimulación, vergüenza para expresar lo que se desea, delegación en la pareja
de la responsabilidad de darle placer.
La causa de los problemas sexuales en la mujer es siempre
psicológica. Por supuesto que la variable psicológica y de la relación de
pareja es muy importante, pero no debemos descuidar factores médicos que pueden
inhibir la respuesta sexual femenina. Varias enfermedades agudas y crónicas,
sobre todo las que alteran al sistema endócrino (es decir al equilibrio
hormonal), y ciertas medicaciones (especialmente algunos psicofármacos) deben
estudiarse cuando hacemos el diagnóstico y planificamos el tratamiento
sexológico.
Fuente: Discoverymujer.com
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