Me confieso “Rosca izquierda”, normalmente voy contrario a todo, no me gusta lo que a todos.
Recuerdo la “fiebre” colectiva con las “50 Sombras”, las mujeres derretidas por Christian Grey y los hombres “en calambre”. No tenía idea de qué trataba el libro y mi rechazo aumentó cuando supe que era una saga de tres ejemplares. 

 Tiempo después, sin oficio alguno que hacer y gracias a la amabilidad de una amiga de prestarme los libros, empecé a leer. Les confieso que leí el primer libro en tres días, simplemente no lo pude soltar; me enamoré de Christian.

Si bien es cierto que el centro de la historia es el sexo sádico y desenfrenado, no fue lo que me enganchó, mi base psicológica quería saber por qué él era así y mi eterno romanticismo quería saber si Anastassia, podía hacerlo cambiar.

Muchos han comentado este libro, he visto críticas que me causan risa por la gran cantidad de ignorancia con respecto al tema sexual, catalogando los juegos como “Sexualidad desviada, anormal y asquerosa […]”

En la antigüedad, cualquier posición que no fuera el “misionero” era considerado pecado y sobre todo, la única finalidad de las relaciones sexuales era la procreación, cero diversión. De eso hace como 50 años, son muchas las preferencias sexuales que han salido de la lista de parafilias. Y es que como bien dice el refrán popular: “Para los gustos, los colores”.

Personalmente creo muy “corto” de alguien resumir tres extensos libros en una “asquerosa” escena. Un libro que, más allá del sexo, nos muestra una historia de amor hermosa, en la que una inocente y terca joven, consigue revolucionar y cambiar el mundo de un hombre que lo tiene todo y que siempre las cosas se han hecho como él dice y porque sí, una historia con un galán que, dejando a un lado todos sus traumas, yo no tendría problemas en aguantar uno que otro latigazo.

La próxima vez que leas un libro, procura centrarte en la historia, debajo de las letras.




Ps: Si alguien quiere que le envíe el libro de forma digital, me deja saber!