Cuando vamos a cualquier restaurante de comida
rápida, normalmente ordenamos un combo; Hamburguesa + Papas + Refresco, ese combo
viene hecho, la hamburguesa trae pan, carne, vegetales, mayonesa, cátchup,
mostaza, PEPINILLO y otras yerbas aromáticas. Yo no como pepinillo y siempre
que voy ordeno mi comida sin pepinillo, pero a ellos nunca les da la gana de no
ponerlo, por lo que tengo que optar, una vez llega a mis manos, con abrirlo y
retirar el pepinillo.
A mi parecer, las personas somos iguales, un combo
pre hecho, con todos sus ingredientes, a diferencia de que lamentablemente no
tenemos la opción de ordenar las personas sin una que otra cosa. Al nacer,
traemos todos los ingredientes que conforman nuestro maravilloso combo, nos
hacen lo que somos, aun cuando muchos de éstos se ven afectados por el ambiente
y todo lo demás que Freud un día estableció; genes, intereses, aptitudes,
actitudes, valores, gustos, personalidad y así va la ecuación.
Explicado esto; ¿Por qué nos cuesta entender
que no podemos cambiar a las personas? Que no podemos sacarle ningún ingrediente para
luego disfrutarla, tenemos la mala costumbre de querer “por pedazos”, queremos 5
de los 7 ingredientes y los dos restantes quisiéramos poder retirarlos de la
misma forma que yo lo hago con el pepinillo, pero así no funciona la cosa.
Photo by Calum Lewis on Unsplash |
Debemos aprender a respetar la individualidad y
acusar menos a la gente de ser complicada,
no es un asunto de “Ámame menos y compréndeme más”, no hay que andar
restando ni sumando amor y comprensión, es simplemente tolerar los ingredientes
y comer el combo en un total éxtasis de delicia, porque no es en McDonald’s ni
en Burger King que estamos, es en la vida diaria, en la vida REAL y yo
estoy segurísima que si te piden que “saques” alguno de tus ingredientes, no te
gusta tanto la restadera.
Yo, lamentablemente hablo al dormir, repito como
papagayo todo lo que me estoy soñando y lamentablemente mi pareja (aunque en
verdad quisiera), no puede sacarme las
cuerdas vocales cual vulgar pepinillo, tiene que tomarme con todo y mi
conversao’ nocturno. Pues soy un maravilloso y exquisito combo; de igual forma
yo he tenido que adaptarme a sus formas tan peculiares de detalles, así que cuando
llega a casa y me dice: ¡Te traje una sorpresa!, saber que me trajo mangos o
aguacates y no estar esperando un ramo de flores o una caja de chocolates, sus
detalles son otros y eso es parte de su individualidad.
Aprendamos a aceptar a las personas que pasan por
nuestra vida completitas como son. Amemos su combo completo, disfrutemos cada
ingrediente, dejemos la pendejada y no pretendamos encontrar una persona con la
cantidad de sal y pimienta justa como nos gusta, siempre vendrá alguien que
algo le falta o algo le sobra y ahí hermana mía, ni que el mismísimo Baldor
vuelva a nacer, conseguimos reducir esa ecuación.
Cover pic: Photo by Lawrson Pinson on Unsplash
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