Usamos la palabra víctima, con tanta facilidad,
con tanta ligereza en una foto graciosa en una red social, sin tener la más mínima
idea de lo que es estar en ese lugar y todas las connotaciones sicológicas que
lleva.
Leer en los noticieros otro asesinato de una
joven madre, leer que sobrevivió al primer intento, que su asesino estuvo en la cárcel poco menos de dos años y
leer que gracias a un sistema fallido de mierda, cumplió su cometido.
Aquella vez sobrevivió a las estocadas en su
piel y en su alma, luchó por seguir adelante y ser exitosa a
pesar de, pocos sabían del casi fatídico
suceso, ella no dejó que eso definiera sus siguientes
pasos, o al menos, eso ella quería, pero hoy Anibel no está. . “Yo te quiero, mira a tus hijas, yo te quiero, no lo hagas por favor”, fueron las palabras
de súplica ante su agresor.
Y aun así leo los comentarios de muchos que sin
conocer el caso preguntan, por qué no lo denunció, por qué no se fue, por qué no dijo nada. Y es que cómo le pides a una víctima que pida
ayuda si la ayuda no le llegará. Son muchos los casos de mujeres
asesinadas luego de varias denuncias ignoradas, ¿Cómo le pides que denuncie si
su vida, seguirá corriendo riesgos?
Una madre que perdió a su hija, unas hijas que perdieron
a su madre. Pero el culpable no es el portador del arma, el culpable es este
sistema que espera lo peor para actuar, es este sistema que perdona lo
imperdonable, un sistema que apresa a quienes roban una gallina para comer,
pero absuelve a quien roba el sustento de miles. Un sistema que le pide a la víctima que luche
contra su agresor sin brindarle el más mínimo respaldo, en cambio a su victimario le ofrece acuerdos de buena conducta y lo pone en libertad.
Cualquiera de nosotras puede ser una de las
tantas que ha perdido la vida a causa de la violencia doméstica, un asesino
silente que está lleno de prejuicios y estereotipos. Son muchas las que callan
por miedo a ser juzgadas, por miedo a que si hablan todo será peor. Cualquiera de nosotras puede ser Anibel,
cualquiera de tus amigas quizás ha estado en ese lugar, cambiemos el sistema,
pidamos medidas justas, luchemos por la educación.
¿Has estado tú en ese lugar? Si no lo has
hecho, jamás lo vas a entender. Una víctima,
NUNCA es culpable.
Hoy Anibel es el pronombre de tantas mujeres que hemos estado en su lugar.
NI
UNA MÁS
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