Respondiendo unas preguntas a un juego en instagram stories, comenté que yo no odio a absolutamente nadie, respuesta que generó cierta curiosidad y hecho que yo quiero elaborar.

Ya yo sé lo que es vivir odiando a alguien, ya yo sé lo que se siente y no me gustó.

Hace muchos años culpé a la persona equivocada de mis problemas de ese momento, sentí un odio profundo por alguien que al final, había sido tan víctima como yo de la situación, la diferencia fue que esa persona se dejó influenciar más por la parte negativa y sí me hizo mucho daño, pero realmente, lo que debí sentir fue pena.

Mientras tanto el odio que sentía me estaba consumiendo a mí, me quitaba el sueño, me convertía en un ser que distaba mucho de mi realidad, me entristecía, me hacía hacer y decir cosas que verdaderamente no sentía, ese odio me destruía. Hasta que un día entendí, que aunque ese sentimiento negativo estaba basado en hechos, yo era quien más perdía.

“Nada en la tierra consume a un hombre más rápidamente que la pasión del resentimiento.” -Friedrich Nietzsche

¿Significa dejar de odiar a alguien, olvidar el dolor que sentimos? No, esa es mi respuesta real y sincera; el dolor que un día sentimos en algún momento llegará como ráfagas de viento, provocadas por cosas tan sencillas como el olor del perfume que usabas en aquellos días, o la canción que estaba de moda, lo que se siente no se olvida, ni lo bueno ni lo malo, aunque al pasar de los años ese sentir cambie, el recuerdo de una forma u otra siempre estará; pero la meta es esa, cambiar el cómo nos sentimos respecto a eso.

Aferrarse al odio es como tomar veneno y esperar que la otra persona muera.” -Buda


En mi vida hay muchas situaciones dolorosas que en momentos inesperados llegan a mi memoria como el flashback de cualquier película, pero he aprendido que odiando la que más sufre soy yo. Sacar de nuestro sistema el odio hacia alguien es un trabajo personal y en solitario, es entender que tú te lo mereces, que mereces vivir en paz, que nada de lo sucedido fue tu culpa y no castigarnos por “no poder olvidar”. Quizás yo piense diferente a todo el mundo o quizás aquellos que dicen que “quien no olvida no perdona”, nunca le han hecho el daño que tú y yo hemos vivido, pero sí entiendo que se debe vivir a pesar de y que la clave no está en olvidar, es aprender a vivir con, aprender de lo sucedido.


No hay una fórmula mágica para vivir sin odio, no hay ningún listado de 7 pasos que te pueda ayudar a conseguirlo; pero si sé que empieza por perdonarnos a nosotros mismos y dejar de culparnos por el error,  que otro cometió. Créeme que ya yo lo viví, fueron de los años más oscuros de mi vida, perdí el brillo en mis ojos, malgasté largas noches aferrada a una almohada empapada de lágrimas que no me daba ninguna respuesta, llegué incluso a sentirme en ridículo y por eso, yo trabajé el poder vivir sin odio, lo trabajo todos los días.

“El perdón es un acto del corazón. Hazlo por tu propio bien. Es el único antídoto para el veneno que has dejado que circule dentro de ti”- Wayne Dyer

No se equivoquen, sigo odiando el calor y las faltas ortográficas con todas las fuerzas de mi ser, ese odio sí que no lo voy a dejar de sentir.