Tener miedo o preguntarte si ese proyecto que tanto anhelas saldrá bien, es en cierto modo normal, ese “miedito” no es siempre negativo, te demuestra que estás vivo, que eso que quieres es muy importante para ti; pero llegar al punto de temer tanto que empiezas a autosabotearte, ya es una conducta a la que debes prestarle atención.

El autosabotaje es una especie de vocecita interna que siente que te está protegiendo de algo, que está evitando enfrentarte a un fracaso, pero, lo que consigue, es que dudes por completo de tus capacidades en lugar de aprovechar todos los beneficios que encontrarás en el camino.

¿Cómo saber si te estás autosaboteando?

Dudas de tu propósito.

Más de una vez te has hecho la pregunta de que cuál es tu propósito, cuál es tu porqué, tu razón de hacer lo que haces o si hay algún fin en todo eso. Generalmente es la duda quien te hace esa pregunta, porque todos tenemos un propósito, lo que pasa es que muchas veces NO es el que creemos.

Cuando inicié en este mundo de las redes, pensaba que mi propósito era inspirar con mi historia, “darme a conocer”, pero no necesariamente sería de la forma en que inicialmente lo imaginé y aun cuando desde muy temprana edad, la vida me daba miles de señales de cuál era mi verdadero propósito, siempre dudé.

Hoy y luego de mucho cerrarme las puertas, entendí que mi razón es enseñar y ayudar, pero yo desperdicié mucho tiempo valioso ignorándolo.

No crees en tus habilidades.

Tienes más habilidades y talentos de los que crees, todos los tenemos, pero te enseñaron a “ser humilde” y a “hacer lo que tienes que hacer” mientras que en ese ínterin ibas perdiendo la fe en TÍ, en tus habilidades más allá de la norma, de lo esperado.

Eso que se te da con “facilidad”, es tu talento, ese tema que lees y aprendes sin esfuerzo, es parte de la carta de tus habilidades y entender que eso que es tan sencillo para ti, puede que sea de extrema dificultad para muchísimos otros. Pero la duda en forma de autosabotaje, se la pasa diciéndote lo contrario.

Procrastinas demasiado.

Uno de los principales síntomas del autosabotaje es el “dejar para más tarde” o “déjame arreglar la cocina mientras me llega el deseo de trabajar”.

En este caso, el procrastinar no es sinónimo de holgazanería, es dejar lo que ‘tienes’ que hacer por algo que ‘quieres’ hacer.

Perfeccionismo extremo.

Empiezas proyectos y nunca los terminas, te sientes incapaz de hacer algo, incluso antes de iniciarlo porque crees que no eres “suficiente” aun a sabiendas de que esos proyectos podrían ser excelentes oportunidades.

Una cosa es querer que todo te salga muy bien y otra es NO hacer las cosas porque no está ‘perfecto’. Tu perfeccionismo no es más que una excusa para sabotear todo tu potencial.

Permites a otros decidir por ti.

Sientes que, si otros toman las decisiones, de una forma u otra te estás “librando de la responsabilidad” ya que internamente consideras que no eres la persona idónea o adecuada para realizar alguna tarea o simplemente te crees el que “no puedes hacerlo”. Así que, si otro lo hace, de seguro quedará mejor o los demás lo tomarán más en serio.

No pides ayuda.

No, pedir ayuda no es de débiles, ni mucho menos de personas con poca capacidad, cada cual vino con sus talentos y habilidades muy establecidos y que a ti te falte uno no quiere decir que seas inservible.

Pedir ayuda es por el contrario de valientes, refugiarte en algún terapeuta, mentor o guía, te servirá para ver salidas donde jurabas que no había ninguna.

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Pero ¿Por qué me estoy autosaboteando?

En la mayoría de los casos hay una relación muy estrecha con estados anímicos, falta de auto estima o a veces simplemente eres de quienes necesitan siempre un empujoncito para continuar, yo estoy en ese grupo.

También puede que le temas mucho al fracaso (aquí presente también) y por eso te saboteas incluso ante cosas que sabes tienes todo el potencial.

Muchas veces el ese sabotaje viene asociado al estrés que te ocasiona la toma de decisiones o el arriesgarte y te refugias en todo lo negativo que presente cualquier situación.

Está de igual forma muy asociado a hábitos que vienes adoptando desde muy temprana edad, a los sentimientos con respecto a ti que te impregnaron en tu etapa del desarrollo; por eso es tan importante decirles a los niños un tan simple: “Tú puedes lograr todo lo que te propongas”.

Autosabotearte es de igual un síntoma persistente cuando sufres de síndrome del impostor, pues sientes que no mereces el éxito. Por eso erradicar estos pensamientos negativos lleva tiempo, esfuerzo y mucha conciencia para identificar todas las señales que te llevan a esas conductas auto destructivas.

Piensa en cómo reaccionas cuando estás frente a alguna toma de decisión importante o al iniciar algún proyecto y presta atención a tus primeros pensamientos. Si lo primero que pensaste es que NO vas a poder lograrlo, hay que tomar acción.

Cuando se tiene por naturaleza la ‘facilidad’ de ver todo lo negativo, debes esforzarte aun más para encontrar esa voz ‘positiva’ dentro de ti y la mejor forma de encontrarla es siendo realista.

¿Cuáles son esas cosas que se te dan con facilidad?
¿Cuáles son tus debilidades?
¿Quién puede ayudarte con lo que no puedes o no sabes hacer?

Empieza a ver lo que sí hay, también eso que no sabes hacer, busca ayuda y solo así podrás enfrentar y cambiar tu conducta auto destructiva.

Recuerda que estos cambios NO se harán de la noche a la mañana, porque también podrás encontrarte recriminando que no has visto cambios en el tiempo que consideras ‘adecuado’. 

Así que como dicen por ahí, un día a la vez, en este caso, una conducta negativa a la vez. Ve de a poco identificando, para que puedas de manera efectiva, evitar autosabotearte.

Cuéntame, ¿Qué es eso que harías si no sintieras miedo? Te leo.