“Nunca olvidaré el momento en que alguien me dijo que no podía ser blogger, la gente pobre no tiene de nada interesante que bloguear” 

Hace unas semanas en mi cuenta de Instagram les comentaba lo cansada que estaba de la “perfección” en las redes, de esa idea bien, {[“MUY”]} bien fundada que tienen los seguidores de que las blogger/youtubers/influencers tenemos una vida perfecta y fabulosa, pero lo que no se imaginan ustedes, es la presión que vivimos, o al menos yo.

Cuando digo bien fundada, me refiero al hecho de que somos nosotras mismas quienes hemos fomentado esa idea, mostrando, ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE esos momentos maravillosos que vivimos; pero eso NO es todo lo que vivimos.

Si bien es cierto que al paso del tiempo en esto que llevamos por trabajo, nos convertimos en un producto, una imagen que vende y/o promociona productos y servicios, somos más o menos una oficina de cualquier marca que visitas y nuestros perfiles, blogs o canales de YouTube, deben mostrar lo mejor de lo que sabemos hacer, PERO, ¿Dónde dejamos la parte humana?, ¿en qué momento es que nos vamos a identificar con los seguidores?, ¿Cuál es el ejemplo que estamos dejando?.

Siempre he tratado en mis plataformas de mostrar ambos lados de la moneda, honestamente no sé en qué momento del camino me perdí y ahí es donde entra la PRESIÓN, la comparación con otros, el desaliento, el deseo de ser o aparentar más de la cuenta, para poder encajar en los estratos sociales de lugar; ahí es donde ahora mismo, no quiero estar. Pero esa culpa no es del todo nuestra, esa presión es la que nos obliga, porque nadie quiere seguir lo asequible, queremos seguir a esas personas que tienen esa vida que NOSOTROS no podemos tener, entonces ¡ESTAMOS JODIDOS!

Vivimos en la era de “el que más tiene es el más cool”, en la era de, la vida fabulosa es la que vale. Los primeros blogs de moda te enseñaban a optimizar tu ropa, a cómo usar una pieza de diferentes formas, los de maquillaje te enseñaban diferentes looks con una misma sombra, los de cocina cómo cocinar con pocos ingredientes y así, ahora esos blogs, ya no son cool, ahora es mejor aquella que se pone una pieza nueva en cada post, la que presenta todo el maquillaje nuevo que compró y  la que gasta todos los ingredientes de la despensa en una sola receta, esa vida, que yo como ser humano común no puedo tener, es la que quiero leer y es por eso que estamos J O D I D O S; me disculpan la franqueza.

Elisa Duarte es blogger, presentadora de radio y tv, maestra de comunicación social, youtuber, “figura pública” y de la misma forma tengo deudas, problemas, hay días que no me quiero ni parar de la cama, hay otros que me miro en el espejo y me siento peor que el estropajo de lavar los platos, hay días en los que quiero ser NORMAL, tener un Instagram normal, que no me importe si una foto combina con la otra. Quierocompartirles esas cosas de mujeres normales, esos días en que mi periodo menstrual y mis hormonas se apoderan de mis sentidos y me convierten en una versión mejorada de Shrek, de eso quiero yo escribir, de eso quiero yo hablar.

Quisiera que mis colegas también hagan lo mismo, sobre todo ahora, con tantas tragedias y mierdas en el mundo, que mostremos más la parte humana, que mostremos más el alma en cada post, que mostremos la verdadera belleza de la vida, que no es precisamente el último lanzamiento de Balmain, ni la nueva línea de maquillaje de Rihanna, la vida es mucho más que eso y justo ahora necesitamos, YO necesito, más de lo que realmente vale.

Somos el ejemplo de una nueva generación que va creciendo y valorando más lo material, una generación que hace CUALQUIER cosa, incluso dejar de cubrir sus necesidades básicas, para encajar en esta sociedad llena de estándares y requisitos sociales, el mundo nos necesita y no solo en forma poética, ni en una publicación falsa de Instagram para enternecer y conseguir likes, el mundo nos necesita para que demos el ejemplo a esos que nos siguen.

Como figuras usemos la INFLUENCIA, sin importar su cantidad, para MEJORAR lo que está a nuestro alcance. Y CONSUMAN más de lo que viene de adentro y MENOS de lo que se puede comprar.


¿Qué le vas a contar a tus hijos y nietos, toda la ropa cara que usaste, los lugares lujosos que visitaste o la manera en que influiste en el mundo para hacerlo un lugar un poquito mejor?