“Si te la pasas constantemente tratando de probar-te tu valor, hace tiempo que lo perdiste”
Tengo un amigo que no cree en sus capacidades, siempre duda de su valor y yo tengo que andar por la vida repitiéndole una y mil veces, al estilo Cristian Castro, que él vale mucho. Y uds me dirán que yo he hablado muchas veces de sentir miedo, sí, pero una cosa es sentir miedo a fracasar y otra es dudar de tus capacidades. Yo estoy muy clara de todo lo que sé, todo lo que valgo y todo lo que puedo brindar y eso es lo que mi amigo y probablemente tú, aún no saben hacer.

Desde que empecé a dar clases y compartir mis conocimientos tanto en el mundo online como offline, me he asombrado en la manera en que la gente no reconoce su valor y buscan esas respuestas en mí, saben lo que valen, saben lo que saben hacer, pero les cuesta reconocerlo en voz alta y sé que erróneamente se nos ha dicho que no debemos alabarnos demasiado pues eso es arrogancia y sí, todo en exceso hace daño, pero el problema aquí es que tu exceso es negativo, no tienes la capacidad de reconocer lo que sabes o vales, te refugias en un “no quiero sonar arrogante” y mientras tú estás ahí con dudas,

Hay personas con menos capacidades que tu haciendo lo que tú quieres hacer, por el simple hecho de que ellos decidieron creer en sí mismos”. -Theflourshingpantry

Por eso hoy te doy los trucos que yo he aplicado a lo largo de los años para reconocer mi valor.

Saber diferenciar entre objetividad y arrogancia
¡Lo primero es lo primero! Aunque te hayan dicho lo contrario, reconocer tus capacidades no es un acto arrogante, NO, en lo que sea que sabes, has invertido tiempo, dinero y esfuerzo; horas de trabajo o estudio, horas de materia gris y neuronas fajadas trabajando para crear. Por lo que debes aprender a diferenciar una cosa de la otra.

Escribe en qué eres bueno
Está demostrado que aquello que escribimos nuestro cerebro lo puede creer con más facilidad, sí, nuestro cerebro miedoso a veces nos juega sucio y nos hace dudar de nosotros mismos, por lo que te recomiendo, con la objetividad de la que ya te hablé, sentarte a escribir esas cosas que sabes se te dan con facilidad.

Analiza las pequeñas cosas que has logrado.
La sociedad nos ha hecho creer que solo el que tiene millones, o una corporación multinacional o varios millones de seguidores en una red social, son a quienes podemos considerar exitosos y no es así. Te aseguro que si te sientas a analizar las pequeñas cosas que has logrado, has acumulado muchos “pequeños éxitos”.


Mírate con tus propios ojos, no con la crítica de los demás.
Siempre tendremos a nuestro alrededor vampiros que lo único que quieren es drenarnos la energía y confianza, son personas que jamás se atreverían a siquiera empezar esos “pequeños éxitos” de los ue ya hablamos y por eso se la pasaran criticando o simplemente no dándote las palabras de aliento que buscas en esos momentos de debilidad. En este mismo orden.
Rodéate de personas que también vean tu valor.
Y por si el ajo no nos alcanza contra los vampiros drenadores, debemos rodearnos de personas que sí te recuerden lo que vales y que como yo hago con mi amigo, te manden a la mierda cuando sea necesario para que de allá vengas con renovación en valor incluida.
Que tu valor no esté basado en la capacidad para verlo de los demás
Somos nosotros mismos quienes debemos vender lo que sabemos y el primer paso de esa transacción que cambiará nuestras vidas es reconocer esas capacidades con orgullo y en voz alta, nunca compararnos con otros y no confundir productividad con valor, pues en estos tiempos de inmediatez digital, la productividad vacía y sin talento abunda muchísimo. 

Que no sea yo la amiga que tenga constantemente que recordarte lo que vales y luchar para que me lo creas, no, como dicen por ahí, conoce tu valor y a ese precio, agrégale impuestos; pero en este caso cada vez que dudes, cóbratelos a ti.

“A veces la parte más difícil del camino es creer que vales suficiente para hacer el viaje”. Glenn Beck